Es una crónica bien detallada, fiel al estilo Caparrós. Pareciera no quedar nada por contar, todo se encuentra explicado, narrado, descrito. Caparrós capta el sentido de la crónica como dudo que pocos hagan, todo aquello que supone ser un cronista se encuentra inmerso en él. Sus relatos, y este no ha de ser la excepción, comienzan desde el primer momento en que se embarca en la odisea del viaje pasando por la descripción de todos y cada uno de los lugares recorridos. Incluyendo los diálogos mantenidos y llegando finalmente al momento de la partida con toda la información y la experiencia a cuestas. En el caso específico de Misiones, encontramos que no deja de rememorar en reiteradas ocasiones sus anteriores visitas a la tierra de las tierras rojas. Entonces quedan demostrados los cambios que allí se han dado, positivos aparentemente, a pesar del comprensible escepticismo del autor. En esta crónica nos topamos como en todas las crónicas de Caparrós con menciones particulares de carácter histórico. Ya sabemos que el autor conoce y bastante sobre historia asi que esto ya no nos sorprende. Caparrós describe el presente, y el presente es fruto del pasado y que mejor, que saber sobre ese pasado.
Encontramos descripciones de lugares emblemáticos de la provincia como por ejemplo las cataratas. Es allí donde el autor se remonta a su anterior visita y comenta uno de los pasajes que mas resaltan en el texto. Específicamente el encuentro con el por aquel entonces ignoto Néstor Kirchner y señora. Desconocidos personajes de la política argentina, tanto para el autor, como para la mayoría de los argentinos. La indiferencia es total y eso marca tendencia a la hora de buscar un perfil de escritor al autor de la crónica, insisto, no se guarda nada. Ni parece temer tampoco a nada. Los diálogos suelen ser enriquecedores tanto como lo eran en las crónicas de Rodolfo Walsh, hay comentarios que de los lugareños que no podrían brillar por su ausencia.
Una rara particularidad, muy difícil de encontrar entre las crónicas, es el uso de los poemas de orígen orientales con los que Caparrós suele ilustrar los relatos. Esto aporta a la lectura del texto un cambio de ritmo, una pisada de freno. Estos recursos hacen detener la vorágine de lectura del receptor y lo hacen reflexionar, tratar de comprender desde otro punto de vista lo que se cuenta. Una parada en boxes, esforzar el intelecto y continuar con la carrera de la lectura y el aprendizaje. En síntesis, la crónica sobre Misiones es una de las mas destacadas de la recopilación de textos basados en este viaje que Caparrós hace con su hijo por el interior. Posee ricos diálogos, detalladas descripciones, el recuerdo de un particular encuentro y todo lo que un referente del arte de la crónica puede aportar.
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