martes, 14 de octubre de 2008

La política en los boxes

Al leer esta crónica me hizo recordar aquella descrita anteriormente sobre la campaña de Duhalde y Ortega. Es que comparten una misma frecuencia de frescura narrativa. Es una crónica ágil, clara, y con muy bien aplicadas dosis de ironías. La forma de narrar es particular y resulta extraña al leerla ya que no es el estilo de la mayoría de las crónicas al las cuales los lectores están acostumbrados. De todas formas, pese a no ser convencional, resulta absolutamente comprensible y para nada confusa. Por ejemplo: “— Toc toc (los dedos del Intendente). — Adelante (la garganta del piloto)”. Es un relato que pretende contar el “backstage” de muchos acuerdos o reuniones de políticos en los últimos 40 años. Aquí se vuelve a utilizar en ocasiones el recurso de la ironía y encontramos algo que no suele ser habitual de hallarse tampoco: un lenguaje coloquial. El cronista se atreve a contar, mejor dicho a inventar (a menos que posea dotes de mentalista) lo que algunos de los protagonistas de la historia piensan. Por ejemplo: “a la pelota pensó”. También utiliza el idioma inglés para transmitir mayor textualidad. En muchos aspectos encuentro similitudes con el trabajo de walsh, aunque estén mas que claras las diferencias. En definitiva, es una crónica interesante no tanto por lo que dice, sino por como lo dice.

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