viernes, 14 de noviembre de 2008

Nota de lector de “¿Por qué no bailais?” de Raymond Carver

Es un cuento cuya característica mas notoria, es la falta de un final por llamarlo de alguna manera convencional. Ese tipo de final donde se le brinda al lector una explicación a algunos o a todos los interrogantes que fueron surgiendo durante el momento de la lectura. Esto no tiene porque ser así, así es la historia y como es hay que respetarla, solo que resulta inevitable no experimentar este tipo de sensación al finalizar el relato.
En cuanto a la historia, el único dato que el autor nos brinda, es la situación que se genera entre el hombre, que deposita todo el mobiliario de su hogar en la calle con aparentes intenciones de venderlo, y la joven pareja dispuesta a comprarlo. A partir de ésto, el lector se ve en la forzosa tarea de intentar descubrir que es lo que se pretende contar. En mi opinión, es una historia sobre el presente y el futuro. Aquel hombre fue alguna vez junto con su mujer, como aquella pareja que visitó su jardín. Se puede interpretar que quizás la ruptura de la pareja en su caso se haya debido al alcohol, ya que desde el principio de la historia hasta el final, el hombre no ha dejado de beber.

Se puede leer al relato también desde la perspectiva de la pareja. Hay veces en la vida que atravesamos situaciones directamente inentendibles. Siempre que nos pasa algo, ese algo tiene que tener una explicación, por lo general, una que sea lógica. Pero no siempre es asi. A muchas situaciones de nuestra vida no les hemos encontrado explicación, ésto, sin pecar de ignorantes al creer que no las tenga, solo que no nos es dada de manera expresa y clara por lo que terminamos cayendo en el error de considerarla inexistente.
Lo mismo sucede con este cuento, el sentido del relato existe, está; solo que hay que buscarlo. Esto es en relación al diálogo final en el cual la chica relata a todo el mundo lo sucedido, buscando compartir la sensación por la que atravesó ante tan absurda situación. Lo presentaba como algo absolutamente disparatado y sin sentido, seguramente considerando conciente o inconcientemente como explicación mas lógica, que no era un hombre mentalmente sano, que se trataba de un loco. Pero el lector sabe que no es asi, porque es conciente de algunas situaciones que esta chica desconoce.

Es en parte una historia sobre un corazón roto.

“Los chicos estaban sentados a la mesa. El hombre los miró. A la luz de la lámpara, creyó ver algo en sus caras. Algo agradable o desagradable. ¿Quién podía saberlo?”
Lo que vió es algo que en algunas circunstancias suele ser absolutamente bello y en otras algo completamente triste y perturbador. Lo que vió fue amor.

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