Es, a diferencia de Nota al pie, un cuento mas clásico. Si bien posee los destellos del estilo propio del autor, el contenido logra comprenderse de manera mucho mas clara. Es un relato en mi opinión, perfectamente narrado y expresivo en cada uno de los párrafos. En cuanto a la historia, el texto está contado en primera persona a modo de experiencia personal.
Lo que en este caso el narrador pretende contar, seguramente influenciado también por el autor, es la incomprensión que sufre ante la presencia de algunos actos y situaciones de la vida misma. El narrador, presenta la indignación propia de ver como aquel joven llamado Mauricio que ha vivido toda su vida con irresponsabilidad e inmadurez, logra convertirse en un ser respetado en el pueblo en que vive, por el simple hecho de sacar fotos. Quizás mas indignante sea aún, que esta situación sea producto íntegramente del factor suerte. Mauricio no era un fotógrafo erudito ni tampoco poseía un completo dominio sobre el tema, su única tarea simplemente era presionar un botón. “Era el mejor fotógrafo del pueblo, también es cierto que era el único”.
El narrador pensará en la fortuna de los despreocupados, aquellos que de nada se ocupan ni mucho menos preocupan. La indignación se mezcla también con la envidia, aquel hombre bruto e iletrado era un absoluto conocedor de muchas cosas de la vida, fruto de haber viajado y de haber conocido, en fin, de haber vivido. La situación del burdel es un claro ejemplo. En esta escena perfectamente narrada, La postura de Mauricio es avasallante con respecto a la del narrador, Mauricio es dueño de un reconocimiento que luego se hará extensible al resto del pueblo, incluyendo su propio padre quien jamás sintió identificación alguna con su hijo. Pero luego esto cambiará, debido al orgullo que le brindará el saber que su hijo se habrá convertido en el mejor fotógrafo del pueblo.
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