Uno, como lector, se pregunta al leer este capitulo que inaugura el libro, si aquello que esta leyendo es un cuento, una entrevista, una simple conversación o quizás algún sueño que el autor soñó alguna noche de verano. En realidad, es todo esto y más, o simplemente no es nada. En mi humildísima opinión creo que es la narración, mitad verdad mitad ficción, de una reunión que el escritor tuvo con el personaje protagonista en cuestión. Imagino que el ajenjo que ambos consumían fue de vital importancia también para el desarrollo de la historia debido a que permitió crear en la mente creativa del escritor una atmósfera aun mas exótica de la que existió en realidad. De todas maneras, que importa si lo relatado ocurrió en verdad o no. Es solo música para camaleones.
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